LA VERDADERA LIBERTAD 1
La pasión por la libertad, su exigencia por parte de personas y pueblos, es un signo positivo de nuestro tiempo. Reconocer la libertad de cada mujer y de cada hombre significa reconocer que son personas: dueños y responsables de sus propios actos, con la posibilidad de orientar su propia existencia. Aunque la libertad no siempre lleva a desplegar lo mejor de cada uno, nunca podremos exagerar su importancia, porque si no fuéramos libres no podríamos amar. Pero es una pena que, en muchos ambientes, exista un gran desconocimiento de lo que es realmente la libertad. Con frecuencia se pretende una ilusoria libertad sin límites, como meta última del progreso, mientras no pocas veces hay que lamentar también muchas formas de opresión y de aparentes libertades, que en realidad son cadenas que esclavizan. Una libertad que, antes o después, se revela vacía.《Algunos se creen libres —escribe el Papa— cuando caminan al margen de Dios, sin advertir que se quedan existencialmente huérfanos, desampar